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domingo, 16 de enero de 2011

Muñecas de porcelana.

Dice la R.A.E que la porcelana es una "especie de loza fina, transparente, clara y lustrosa, inventada en China e imitada en Europa". Y en su tercera acepción: "esmalte blanco con una mezcla de azul con que los plateros adornan las joyas y piezas de oro".
Cuando estamos ante una mujer de piel blanca y lustrosa, poco expresiva, pero a la vez enigmática decimos que parece de porcelana.
No me atrevería a decir si ser o parecer de porcelana es poseer una cualidad positiva o no porque detrás de la aparente belleza se encuentra la frialdad, la expresión hierática del rostro y del alma.
Leon Tolstoi escribió La muñeca de porcelana, un breve relato en el que su mujer se transforma en muñeca de porcelana cuando ambos están solos.
"A través de mi sueño la oí abrir la puerta, respirar mientras se desvestía, salir de detrás del biombo y acercarse a la cama. Abrí los ojos y vi -no a la Sonia que tú y yo concíamos-, ¡sino a una Sonia de porcelana! (...) Le toqué el brazo; era suave, agradable al tacto y de fría porcelana. Pensé que estaba dormido y me pellizqué, pero ella no cambió y se mantuvo inmóvil frente a mí.
Le dije:
-¿Eres de porcelana?
Y sin abrir la boca (que permaneció como estaba con sus labios curvos pintados de rojo brillante), replicó:
-Sí, soy de porcelana".
Así que, yo me pregunto qué fue lo que motivó esta mutación tan extraña en una mujer que compartía una apacible vida burguesa con su marido y me pregunto cuántos hombres y mujeres de porcelana no habrá alrededor de nosotros compartiendo su vida, su trabajo y sus aparentes emociones con nosotros que, al menos que seamos del todo conscientes, no somos de porcelana.
Y qué se puede hacer cuando tu pareja se convierte en un objeto de porcelana? De momento, procurar que no se rompa porque, puestos a compartir una vida con un objeto inanimado, mejor sería, creo yo, escoger un maniquí (por lo menos), como en aquella película de tan afamado actor que protagonizó La cabina, de cuyo nombre no puedo acordarme.
¿Eres tú un ser de porcelana?

www.ciudadseva.com/textos/cuentos/rus/tolstoi/munyeca.htm

3 comentarios:

  1. Creo que no, que no estoy en absoluto hecha de un material como la porcelana...Puestos a ser sinceros, me veo más como una sopera de loza.
    Por cierto, la relación entre Lev Tolstói y su esposa fue de todo menos apaciblemente burguesa: de hecho, el novelista muere en una estación, lejos de sus casa, acompañado de una de sus hijas cuando huía ( literalmente) de la opresiva presencia de su esposa. Terrible historia la de esta pareja.
    Un saludito, Paco.

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  2. Desde luego, pero no es el caso del texto. En cualquier caso, ya he encontrado la razón por la que Sonia se convierte en una muñeca de porcelana si lo consideramos un trasunto de la propia vida del autor. Vamos, que lo mejor que le podía pasar a Tolstoi es que su mujer se convirtiera en un objeto inanimado.
    Ya me parecía a mí que un relato así no nace de la nada y, desde luego, sobran objetos de porcelana.
    No quiero que nadie me regale porcelana.

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  3. En alemán a todos esos objetos de porcelana que se ponen de adorno y que no sirven para nada se les dice "Staubfänger", 'objetos que cogen polvo". Ahí queda...

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