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viernes, 6 de julio de 2012

Soneto del número nueve escrito en endecasílabos blancos.

Un poema me pide Trapisonda
que verse sobre el número noveno
después de haber escrito sobre el quinto
la tabla cantarina de la escuela.

En tal aprieto nunca me habré visto:
que nueve, dieciocho, veintisiete...
y luego, treinta y seis, cuarenta y cinco.
Ya llego a la mitad en un instante

y sigue, ya sabéis, cincuenta y cuatro;
y asoma por acá el sesenta y tres,
y surge por allá el setenta y dos;

el nueve por sí mismo, ochenta y uno
y alcanzas sin pensarlo, con el diez,
el número noventa y cierra tabla.

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